Imagino puerperios entregadas 
a la energía de lo femenino,
a La Madre,
a la Fuente Inagotable.

Imagino siendo Vida hecha carne,
pechos, leche, cobijo, sostén,
entrega ilimitada.

Cuerpos blanditos, permeables,
flexibles, presentes.

 Siendo Vida encarnada.
 
Imagino sabias mujeres
en poder de sus dones.
 
Imagino niñas y niños
felices, plenos, llenos,
rebosando amor.

Puerperios infinitos!!!
 
Imagino al hombre
sosteniendo la sacralidad
que habita su casa.
 
Imagino una sociedad
reconociendo esta labor
con la sacralidad
que se merece.
 
 Nos imagino ,
descansando en la paz
de nuestros corazones entregados.
 
   Y así,
comienza una nueva historia
de Seres que habitan la tierra,
que habitan sus cuerpos,
que saben de ellos,
que siembran,
que cuidan.

Que entienden del caracter de lo marchito, 
de la muerte que hay en toda vida
y de la vida que hay en cada muerte, 
de la  confianza, de la incertidumbre.

Del gran misterio al que pertenecenemos.