Soy el Gozo que no se busca,
 brisa que no se puede atrapar,

voy a tu encuentro con el permiso que te das,

te sorprendo en el cotidiano.
En tus instantes de lucidez
 te abrazo hasta tu suave estremecimiento
desatando  serenas sonrisas.
Conmigo va la ancha mirada
que mira y ve.
En los cuerpos habitados reside mi esperanza,
respirame sin retener y siempre estoy
más no me esperes.