La Vida siempre abriéndose camino, invitándonos constantemente a reeditar memorias, a restablecer la comunicación y comunión con nosotros mismos y con toda la existencia. Conquistando, si se lo permitimos, nuestros rincones escondidos, nuestros espacios internos olvidados, revelando los misterios de nuestra existencia, deshaciendo los bloqueos que no permiten el flujo natural de su expresión.
Personalmente, siento, que si a algo venimos es a Sentir, a ser conscientes de nuestra verdadera naturaleza más trascendente en forma humana, en forma de humana Tierra.
Toda una vida para volver a recordar. Y no sirve aquí el concepto, el que alguien nos explique ¿Quién Soy? ¿Cuál es la razón de nuestra existencia? No sirve, de hecho, las palabras no llegan, hacemos intentos y nos acercamos humanamente a tales dimensiones tan sutiles como sagradas. La respuesta a esto nos la dice el Corazón.
En mi exploración personal, donde pongo la atención, no es en irme más allá, sino quedarme aquí, en mi llegada a la Tierra Madre.
Todos llegamos a la vida siendo hijos, La Madre, es el principio de la vida en la tierra, es la representación de la Tierra Madre en forma humana.
El vínculo de una madre con su hijo es el que acompaña, o no, a recordarnos.
Por eso el hachazo a lo femenino, una larga historia de olvido, de represión, de entrega mal entendida, de carga.
Es lo femenino que gesta, que da A Luz, que nutre, cobija, ampara.
Si la madre está desconectada difícil acompañar a sus hijos a recordar, y así de vida en vida, de generación en generación, madres, abuelos, hijos, hombres y mujeres olvidados de si mismos.
Quizás en estos tiempos habéis sentido enfado, tristeza, soledad, desamparo, miedo…… que nos invita a entrar en las profundidades de nosotros mismos para dejar que la verdad emerja.
Podemos reeditar la nueva versión de nuestra llegada a la Tierra, siendo nosotros mismos los que nos ocupemos de concebirnos, gestarnos y darnos a Luz de Nuevo.
una lágrima suaviza
la inconsciente llegada de cada nacimiento,
de cada principio olvidado”.
Cada nacimiento es sagrado, es una ofrenda a la vida, es un darle a la vida lo que Es suyo.
Venimos a darnos en cuerpo y alma a ella,
somos ella,
abriéndose camino en nosotros.