Veo en mi pecho flores marchitas,

ahora las veo,

si me hubiese dado cuenta antes no me resistiría a esta vulnerabilidad que me muestra el camino,

y quizás mis labios no hubiesen reventado tratando de contármelo.

 

Veo en mi pecho flores marchitas,

tan bonitas que eran en su máxima expresión…

 

y ahora esperan la luz de mi mirada para desintegrarse en el ciclo imparable de la vida que no soy quién para frenar.

 

Intuyo una nueva perspectiva desde la que mirar que desconozco,

mi fortaleza se desnuda ante la vulnerabilidad que hidrata mi piel para el nuevo jardín.

Jardín abonado con la quietud y la escucha de la que confía en los partos placenteros, en la muerte sin dolor, en el tránsito desgarbado y ligero.

 

Grita el cambio su lugar como ingrediente cotidiano!!! 

motor que impulsa sin automáticos.

 

Que el personaje no se acomode!!

 

Que la estructura sólo sirva cómo sostén del cambio.

Que tú Corazón CONFÍA !!