Si supiéramos
las ganas que tenemos de complacer
sin que nos venga impuesto
por herencia, por memoria, por historia.
Si supiéramos
las ganas que tenemos de disfrutar
de la suma de todas nuestras partes
junto con todas las suyas.
Si supiéramos
que ya no queremos luchar
contra supuestos opuestos.
Si supiéramos
que el afuera es espejo del herido,
del reprimido,
del disociado, fragmentado, desconectado,
del no habitado, del colonizado,
de la Herida del  olvido
del Principio de donde Todo Nace.
Ojalá, ojalá
este y todos los momentos
son sirvan
para parar
silenciarnos y Escuchar