En el dejarse partir del parto
y entregarse a una muerte,
nace una vida.

Entrega sin mesura,
en este rio de camino al a.mar.
Rito de paso de una madre y su bebé,
 desvelo del velo.

Quebrantamiento impregnado en oxitocina,
ancha vulnerabilidad.

Quizás no fue como te hubiese gustado,
perfecta imperfección la humana que hace manifiesto
un dolor, una herida que lamer, que honrar.

La Alquimista eres tú.

Y  pasa dejando huella,
más tarde se
 instala la rutina
en una entrega sin tiempo donde tú no existes,
vulnerable, enamorada, abierta, íntima
……y lo cotidiano se hace grande,
se hace monstruo entre noches de soledad y días sin tregua.
 En un instante certero y presente
 se colapsa la historia de la humanidad
  entre engaños, mentiras y falsas creencias historicas.
Tu historia,
la propia infancia se abren camino
ante la brecha al partirte
dándose a luz en un intento de liberar lo que no sirve,
lo que entorpece a la Maestra,
a la que sabe,
a la que Cuida, a la que Entrega.
Y Nace Una Madre.